1.
El texto o discurso
2.
Los marcadores
3.
Tipología textual
4.
Textos orales y escritos
5.
La descripción
6.
La narración
7.
El diálogo
8.
La exposición
9.
La argumentación
1.
EL TEXTO O DISCURSO
Del
mismo modo que los fonemas se combinan para formar palabras y las palabras se
integran en los sintagmas para constituir oraciones, estas últimas se conectan
entre sí ordenándose en secuencias superiores, los párrafos, que a su vez configuran
el texto o discurso, máxima unidad lingüística y de comunicación.
Tres
son las propiedades fundamentales de los textos: adecuación, coherencia y
cohesión.
A. La adecuación
Un texto es, ante
todo, un acto de comunicación, de ahí que su forma y contenido deben adaptarse
a las características de los elementos que integran la situación en que se
produce dicho texto: es decir, quiénes
son el emisor y el destinatario, con qué finalidad se crea, de qué asunto trata
o a través de qué canal se transmite.
Por
ello no sería apropiado que un periódico publicase la noticia del fallecimiento
de un Jefe de Estado en estos términos: "Esta madrugada ha estirado la
pata el Presidente de la República". La expresión "estirar la
pata" no resultaría chocante en el ambiente distendido de un grupo de
amigos que se divierte contando chistes, pero sí para referirse a un asunto de
tal gravedad.
B. La coherencia
El contenido de un
texto debe articularse en torno a un núcleo informativo (tema o idea
principal), estrechamente vinculado a la intención comunicativa del hablante y
que actúa como eje vertebrador de otras informaciones de carácter secundario.
Así, por ejemplo, la secuencia "Hoy es martes. Me gustan los pimientos
fritos. Mi hermano está en Alemania" no es un texto, pues carece de unidad
temática.
C. La cohesión
Las
distintas partes que integran un texto deben estar formalmente conectadas entre
sí a través de procedimientos lingüísticos con los que se pone de manifiesto la
unidad estructural y significativa del mismo. Uno de los procedimientos de
cohesión más habituales es el empleo de los llamados marcadores, conectores
supraoracionales o enlaces extraoracionales.
2.
LOS MARCADORES
Los
sucesivos párrafos de un texto, así como las estructuras oracionales que lo
integran, se relacionan entre sí mediante unos elementos que reciben el nombre
de marcadores o conectores extraoracionales. Por lo general pertenecen a la
clase de los adverbios, conjunciones, interjecciones o locuciones. Los más
frecuentes son estos:
3.
TIPOLOGÍA TEXTUAL
Si
partimos del hecho de que todo texto es un acto de comunicación en el que
intervienen una serie de elementos que la hacen posible (emisor, receptor,
canal, código, mensaje y situación), podríamos establecer la siguiente
tipología textual:
En
la realidad lingüística esos ejes se entrecruzan en un complejo entramado de
relaciones que da lugar a una multiplicidad de registros idiomáticos cuyos
límites son, por lo general, imprecisos.
De
todos modos, en determinadas situaciones convergen en un mismo acto de
comunicación las mismas modalidades discursivas: es el caso de los llamados lenguajes
específicos (técnico-científico, jurídico-administrativo,
ensayístico-humanístico, literario), que son discursos cultos, formales y
escritos, o el de los lenguajes coloquiales (familiar, juvenil,
proverbial, conversacional...), que son variedades informales, orales, habitualmente
encuadradas en el nivel estándar o vulgar de la lengua.
Más
heterogéneos son los textos generados en los medios de comunicación de masas
(periodísticos, publicitarios), en los que confluyen lo culto y lo estándar,
lo formal y lo informal, lo oral y lo escrito,
lo lúdico y lo estético, lo informativo y lo propagandístico,
así como códigos verbales y no verbales.
4. TEXTOS ORALES Y ESCRITOS
Según
el medio físico a través del cual se transmiten, los textos pueden ser orales o
escritos. En los primeros la lengua suele ser más expresiva, espontánea e
improvisada, y, por ello, imprecisa; en los segundos, por el contrario,
permiten la reflexión previa y la posterior corrección, de ahí que su lengua sea
más elaborada, precisa y explícita.
Entre
los textos orales cabe distinguir:
Son
géneros escritos la descripción, la narración, el diálogo,
la exposición y la argumentación.
5.
LA DESCRIPCIÓN
La descripción es una variedad del discurso con la que se
reproduce verbalmente una parcela de la realidad, destacando sus rasgos
característicos.
A. Tema
Cualquier parcela de la realidad, ya sea material o
inmaterial, puede ser objeto de una descripción.
Cuando el tema es la realidad física, se pretende hacer
ver al lector las cualidades o propiedades de un objeto, un paisaje (natural o
urbano), un animal o una persona. En el caso de los seres humanos la
descripción recibe distintos nombres, dependiendo de que el interés del
escritor se oriente hacia el aspecto físico (prosopografía), lo moral o
psíquico (etopeya), o una mezcla de ambos (retrato); si, por el contrario se
ofrece una visión deformada del individuo, exagerando sus rasgos más llamativos
con intención ridiculizadora, nos encontramos ante el retrato caricaturesco.
Cuando se describen realidades abstractas, como
sensaciones (por ejemplo, un calambre o un dolor de muelas), estados de ánimo o
sentimientos (angustia, nostalgia, temor...), o lo que se busca es que el
receptor sienta también esas experiencias.
B.
Tipos de descripción
Se pueden distinguir dos
tipos de descripción: la técnica y la literaria o subjetiva.
6.
LA NARRACIÓN
La narración es una
variedad del discurso que consiste en la ordenación de una serie de sucesos,
reales o imaginarios, en el tiempo.
A. Tema
En todo relato se narran
acontecimientos de la vida real, si bien en la Literatura el escritor recrea
con su imaginación los hechos y personajes de la historia. Pero esas
alteraciones resultan verosímiles, es decir, creíbles: los sucesos narrados
parecen verdaderos, aunque no lo sean.
HISTORIA, ARGUMENTO Y TEMA
No debemos confundir los conceptos de
historia, argumento y tema. La historia
es la sucesión de los acontecimientos según el orden cronológico y el
principio de causa-efecto. El argumento,
en cambio, contempla los sucesos en el orden escogido por el novelista. El tema expresa la idea fundamental que
quiere transmitir el escritor.
|
B.
Estructura
Un relato tiene
estructura cerrada cuando su autor diseña la trama ajustándose a un plan
preconcebido. Así, la novela tradicional organiza la historia en
planteamiento, nudo y desenlace, respetando el desarrollo cronológico de los
hechos. Sin embargo, dentro de este esquema clásico caben ciertas alteraciones
que afectan al orden de presentación de los acontecimientos:
·
Una de ellas
es la narración in media res (en la
mitad del asunto), que consiste en comenzar el relato por sucesos que, según un
estricto criterio cronológico, deberían contarse más adelante; con esta técnica
se pretende despertar el interés del lector desde el principio.
·
Ese mismo
objetivo se persigue con el procedimiento de empezar la narración por el
desenlace, hecho muy habitual en la novela contemporánea.
La estructura es abierta
cuando el relato parece que se desarrolla sin un plan previamente perfilado. En
este caso no hay un planteamiento, un nudo y un desenlace, sino una
yuxtaposición de episodios que se suceden alternativamente y que, en ocasiones,
ni siquiera mantienen una relación entre sí.
C.
Personajes
Constituyen uno de los
elementos básicos de la estructura narrativa: sin ellos no es posible la
acción. En el análisis de los personajes debemos considerar:
·
CREACIÓN:
Unas veces los personajes representan una idea: como en el caso de don Quijote
y Sancho, que simbolizan el idealismo y el realismo. En otras ocasiones el
autor reproduce en ellos su propia forma de ser y pensar o las extrae de la
realidad exterior.
·
FUNCIÓN:
Atendiendo al papel que desempeñan en la obra, pueden ser principales,
secundarios o fugaces.
·
CARACTERIZACIÓN:
Consiste en definir su personalidad. Se distinguen dos tipos: planos /
redondos. Los primeros se comportan siempre de la misma manera, son incapaces
de sorprendernos, mientras que los segundos, presentan una mayor complejidad,
son enigmáticos, imprevisibles, contradictorios.
D.
El espacio y el tiempo.
El espacio es el
escenario donde transcurre la acción y se desenvuelven los personajes.
El tiempo es el momento
en que se produce la acción. Conviene distinguir entre tiempo externo, que
alude a la época o periodo histórico en que se desarrollan los hechos, y tiempo
interno, que comprende tanto la duración de esos sucesos como el orden
cronológico en que los presenta el autor.
E.
El punto de vista.
Es el ángulo de visión o
perspectiva desde el que se cuenta la historia. Al elegir un punto de vista u
otro el autor decide, no sólo quién relata los hechos, sino también el grado de
conocimiento que de esa historia tiene el propio narrador.
La elección del punto de
vista da lugar a múltiples y complejas técnicas narrativas:
F.
Caracterización lingüística.
En los textos narrativos
predomina la acción. Y , precisamente, por este carácter dinámico destaca,
frente a otras clases de palabras, la presencia del verbo y de estructuras
oracionales predicativas, articuladas en torno a formas verbales que significan
acción o proceso.
Las alusiones al tiempo
en que se producen los hechos se hacen explícitas a través de las formas verbales del pasado: el
pretérito indefinido (cantó), el pretérito perfecto (he cantado) y, en los
pasajes descriptivos, el pretérito imperfecto (cantaba).
De todos modos, para
evitar la monotonía y hacer más vivos los relatos, el autor recurre
frecuentemente al presente histórico.
7.
EL DIÁLOGO
El diálogo es una
variedad del discurso en el que dos o más personajes se alternan en el uso de
la palabra.
A. EL DIÁLOGO
EN LA NARRACIÓN
La voz de los personajes
se inserta en la narración a través del diálogo, que adopta tres modalidades:
estilo directo, estilo indirecto e indirecto libre.
B.
EL DIÁLOGO TEATRAL
La esencia del teatro es
el diálogo. En los textos teatrales hay que distinguir el discurso dramático y
las acotaciones.
El discurso dramático lo
forman el diálogo propiamente dicho, el monólogo
( en el que un solo personaje expresa sus emociones, sus conflictos y muestra
su carácter) y el aparte (convención
dramática gracias a la cual un personaje hace un comentario que no es
percibido por su interlocutor, pero sí por el público).
Las acotaciones son las indicaciones del dramaturgo sobre las
circunstancias en que se desarrolla la acción (lugar, tiempo, movimientos,
gestos e indumentaria de los actores).
8.
LA EXPOSICIÓN
La exposición es un tipo
de escrito mediante el cual se desarrolla un tema de forma clara y ordenada
(profundizando en él, modificándolo en parte o revisándolo totalmente) con la
pretensión de que otras personas lo entiendan.
A. Tema
Los textos expositivos
abordan temas relacionados con el saber y la cultura, de ahí que esta variedad
del discurso se emplee preferentemente en la transmisión de los avances
científicos y tecnológicos, en el ámbito académico, en la actividad jurídica y
administrativa, en las disciplinas humanístcas o en el mundo del periodismo.
El lenguaje que utiliza, por tanto, pretende ser claro y preciso.
B.
Estructura.
Como ocurre con todas
las variedades del discurso, no podemos habar de una estructura fija. La
organización de los contenidos depende, por lo general, de la naturaleza del
texto y la intención de quien lo escribe.
Como habitualmente nos
enfrentamos a fragmentos extraídos de textos más amplios, lo más conveniente es
fijarse en el modelo de organización lógica elegido por el autor; es decir, de
qué forma se articulan las ideas. Así, la estructura del escrito puede adoptar
dos modalidades:
A. Tipos
de textos expositivos.
Si
tenemos en cuenta la intención del escritor, así como el tipo de público a
quien se dirige, se pueden establecer dos modalidades de exposición: la
divulgativa y la especializada.
- Los textos divulgativos van
destinados a personas que no son especialistas en la materia. Ello exige un
cuidado especial en la presentación de los contenidos: deben estar
perfectamente claros y ordenados. Para que la información resulte comprensible
el autor suele apoyarse en esquemas, resúmenes y ejemplos.
- Los textos especializados, por el
contrario, van dirigidos a un público minoritario que posee amplios
conocimientos sobre la cuestión; generalmente se trata de profesionales. En
este caso es imprescindible prestar atención rigurosa al tratamiento del tema,
por lo que se hace necesaria la presencia de tecnicismos.
B.
Caracterización lingüística.
Pero al
margen de estas diferencias, tanto unos como otros presentan unos rasgos
comunes que los aproximan a la descripción técnica, variedad del discurso que
suele integrarse en los textos expositivos. Estos rasgos son:
9.
LA ARGUMENTACIÓN
La
argumentación es un tipo de discurso con el que, mediante razonamientos, se
pretende convencer a otras personas de la veracidad o solidez de una idea. Suele
aparecer integrada, junto con la exposición, en el marco de una estructura
superior expositivo-argumentativa.
A.
Tema
Los
textos argumentativos tratan temas sometidos a controversia. Por ese motivo es
la variedad del discurso habitual en el ensayo, en las disciplinas
humanísticas o en los géneros periodísticos de opinión (editorial, columna,
artículo de colaboración).
B.
Estructura
Dos son los elementos básicos de un
texto argumentativo: la tesis, que
es la idea fundamental donde se recoge la opinión del autor, y el cuerpo de la argumentación. Ahora bien,
esos elementos pueden ordenarse atendiendo a diversos esquemas organizativos.
Destacaremos tres:
C. Clases de argumentos
Atendiendo
a la función que cumplen pueden distinguirse los argumentos de apoyo y los contraargumentos.
Los primeros sirven para confirmar la tesis. Los segundos se utilizan para
anular los argumentos aducidos por el adversario (argumentos contrarios) o para
invalidar las objeciones planteadas a la tesis.
Por lo
que respecta a su contenido hay que diferenciar los argumentos lógicos de los
analógicos.
Son
argumentos lógicos:
·
El
argumento de autoridad. Se apoya en la opinión de personalidades de reconocido
prestigio y se formaliza mediante el procedimiento de la “cita textual”.
·
La
ejemplificación. Consiste en demostrar la validez de una idea de carácter
general citando casos concretos en los que esa idea se cumple.
·
El sentir
general de la sociedad. En ocasiones la argumentación se sustenta en aquellos
valores, creencias o principios morales por los que se rige la sociedad. Así,
cuanto más alto sea el índice de aceptación del valor en el que se apoya un
argumento, mayor consistencia tendrá éste.
Entre los
argumentos analógicos cabe mencionar la comparación y la metáfora. En ambos
casos se deduce la veracidad de un hecho por su semejanza con otro hecho de
cuya certeza tenemos constancia.
D. Tipos de textos argumentativos
Si
tenemos en cuenta el ámbito de actuación, pueden distinguirse dos tipos de
argumentaciones, la científica y la subjetiva.
E. Caracterización lingüística